miércoles, 2 de mayo de 2012

YO TAMBIEN QUIERO CONSTRUIR






Bernardo Daniel Rojas Flores

2 de Mayo del 2012 




YO TAMBIÉN QUIERO CONSTRUIR




“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”

Albert Einstein

El valor del desprendimiento consiste en saber utilizar correctamente nuestros bienes y recursos evitando apegarse a ellos y, si es necesario, para ponerlos al servicio de los demás. 

El desprendimiento como valor se origina al reconocer que todos tenemos necesidades y en algunos casos encontramos personas con carencias. En cualquier situación debemos superar nuestro egoísmo e indiferencia para colaborar en el bienestar de los demás, no importa si es mucho o poco lo que hacemos y/o aportamos, lo importante es tener la conciencia de ofrecer algo, de aportar. En la generosidad que requiere el desprendimiento no cabe el ofrecer algo que nos sobra. 

El valor del desprendimiento tiene que ver con varios aspectos, entre ellos: la importancia que le damos a las cosas, el uso que hacemos de ellas y la intención que tenemos para ponerlas al servicio de los demás. 

En ocasiones vivimos y trabajamos sin descanso para poseer aquello que tanto nos ilusiona (autos, joyas, ropa, aparatos, etc.) y nuestra vida se mueve a ese compás, sin embargo si no tenemos cuidado puede llegar el momento en que a pesar de la insatisfacción que nos produce llenarnos de cosas, pretendemos que éstas llenen un vacío interior. 

A veces en broma, pero muchas veces en serio hemos escuchado decir de alguien: “quiere más a su coche que a (...)”, “ni se te ocurra tocar sus (...) porque tendrás problemas”, “ni se lo pidas, jamás presta lo que tiene”, “ todo su dinero lo ocupa para (...)”, etc., y todas ellas reflejan a una persona con apego inmoderado por lo que tienen. Debemos recordar que en el orden de los afectos, las personas y su bienestar ocupan el primer lugar antes que nuestra persona misma o lo que poseemos.

Existen personas que literalmente ponen el corazón en lo material. A veces por los recuerdos que evocan, pero en otras debido al valor económico que tienen o simplemente por el trabajo que supuso adquirirlos. A esta particular forma de afecto se le llama apego y de ninguna manera se relaciona con el hecho de cuidar las cosas y hacer buen uso de ellas. 

Cuando nuestro aprecio es mayor por las cosas que por las personas, nos parece absurdo compartir lo que tenemos, o en su defecto lo hacemos a regañadientes. El desprendimiento supone un esfuerzo para superar ese sentimiento de posesión y exclusividad de lo que poseemos para ofrecerlo gustosamente a los demás.

No debemos confundir el desprendimiento con el hecho de deshacernos de todo aquello que no utilizamos, que es inservible o se ha convertido en un estorbo, esta actitud manifiesta poco respeto por la persona que lo recibe, independientemente de su condición y situación actual. Somos tan soberbios que consideramos un insulto recibir algo de segunda mano, ¿por qué los demás deben soportar lo que nosotros consideramos desprecio? 

Puede parecer que este valor se enfoca únicamente a objetos, pero nuestros recursos van más allá de lo que se puede tocar, poseemos conocimientos, cualidades y habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a disposición de las personas, porque requiere prescindir de nuestro descanso, gustos, preferencias y comodidades para llevarse a efecto. 

Nos sorprendemos con el médico que atiende enfermos sin cobrar honorarios; personas que pasan los días trabajando en obras de caridad; profesores que trabajan horas extras desinteresadamente; padres de familia que se niegan gustos y diversiones personales para pensando en su familia; lo más inaudito es que muchos de ellos no viven en una condición del todo desahogada. El verdadero desprendimiento no tiene medida, sin calcular cuánto es lo indispensable para cumplir, es una entrega generosa. 

Para vivir el desprendimiento puedes: 

- Hacer una lista de las cosas que tienes y determinar cuáles realmente necesitamos y cuales son caprichos, vanidades, que pueden ser de utilidad para alguien más. 

- Ayudar a una obra de caridad haciendo una aportación significativa, de acuerdo con tus posibilidades. 

- Enseñar a otros algo que sepas hacer bien (sin olvidar de enseñarles los “secretos” que pudieras atesorar sobre el tema) 

- Regalar o donar un bien al que sientas que te has apegado. 

El valor del desprendimiento ayudará a nuestra sociedad al convertirnos en personas más altruistas y generosas, brindará un mejor ambiente en nuestras relaciones con amigos y familiares y nos convertirá en personas que tienen el corazón y la mente puestos en el lugar correcto. 

Políticas públicas 

Este valor es el marco de realización de los demás principios y valores éticos, debido a que es el fundamento de la administración pública. La misión de ésta es garantizar la efectividad de los derechos de las y los ciudadanos y facilitar el cumplimiento de sus deberes. Asimismo, asegurar que prime el interés público sobre el privado y lograr la equidad, la justicia, la participación y el bienestar colectivo.

Un buen servicio supone tratar humanamente a los y las demás, y debe estar encaminado a la realización de los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos. No obstante, el servicio abarca también la satisfacción de las necesidades y demandas por la sociedad. 


Siendo el servicio el principio rector y el fin de la administración pública, es preciso que las políticas públicas se orientan entre otros a: 
  • Asegurar los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos, mediante el acceso, la calidad y la efectividad en la satisfacción de sus necesidades básicas, en particular las relacionadas con educación, salud, vivienda, servicios públicos, cultura, recreación y deporte. 
  • Promover el conocimiento de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas y responder con celeridad a las acciones de exigibilidad de los mismos. 
  • Facilitar a los ciudadanos y ciudadanas el cumplimiento de sus deberes. 
  • Garantizar la equidad y la justicia en la prestación de los servicios. 
  • Reducir y racionalizar los trámites. 
  • Ofrecer condiciones adecuadas, dignas y eficientes para la prestación del servicio. Poner en marcha mecanismos adecuados de información y comunicación entre la ciudadanía y la Administración pública.
  • Cumplir los compromisos adquiridos con proveedores, contratistas, consultores y demás actores que junto con los gobiernos hacen posible la prestación del servicio. 
  • Descentralizar el manejo de los recursos y la provisión de los servicios para acercar la administración pública a los ciudadanos y ciudadanas. 
  • Desarrollar actitudes y habilidades de servicio entre los servidores, independientemente de los cargos que desempeñen. 



DATOS PARA REFLEXIONAR 

¿Por qué Donar? 
  • En parte a una cuestión de azar. Tú también podías haber nacido en un lugar sin posibilidades y formar parte del grupo de los más desfavorecidos. 
  • Porque no estás sólo: son muchas las personas que, a título individual o respaldadas por organizaciones solidarias, dedican sus vidas a áreas como la educación, la asistencia o el desarrollo. 
  • Porque, gracias a tus donativos, otros podrán vivir un poco mejor. 
  • Porque, gracias a tus donativos, es posible erradicar algunas de las enfermedades más mortíferas del mundo. 
  • Porque donar contribuye a acabar con abusos y violaciones de derechos fundamentales. 
  • Porque donar puede ayudar a paliar el hambre y la sed en el mundo. 
  • Porque donar puede contribuir a que aprendan a leer y escribir aquellos que no saben. 
  • Porque, gracias a tus donativos, es posible salvar miles de vidas en zonas del mundo en las que las urgencias médicas están a la orden del día. 
  • Porque ayudar a quien más lo necesita hará que te sientas más útil. 
  • Porque donar es cada vez más sencillo y seguro. 
  • Porque las organizaciones son cada vez más transparentes. 
  • Porque, aparte de contar con el beneplácito social, las donaciones son reconocidas con beneficios fiscales. 



¿Por qué ser voluntario? 

Hay muchas razones para ser voluntario: porque siempre quisiste ser voluntario/a, porque quieres poner tu “granito de arena”, porque quieres conocer gente, o simplemente, porque tienes tiempo y quieres invertirlo en los demás. 

Ser voluntario es ponerse en acción trabajando por los más desfavorecidos. 

LA CARIDAD Y LA SOLIDARIDAD 

La solidaridad y el carácter altruista en busca de justicia social pueden ser la motivación para ponerse en marcha. El voluntario es una persona comprometida con un ideal y dispuesta a trabajar para conseguirlo. 

La caridad se sostiene por la desigualdad: darle algo (que yo tengo) al que «no tiene» o no puede... 

La solidaridad supone una relación entre iguales: compartir algo que tengo (aunque circunstancialmente sea poco) y que «debería» ser de todos, ya que todos somos iguales... 

Caridad = individualismo (somos «lo que poseemos» y, porque es nuestro y nos «sobra», podemos «darlo»)... 

Igualdad = fraternidad (de «fratria» o patria de los iguales)...

jueves, 1 de marzo de 2012

VIDA PERFECTA

B. Daniel Rojas Flores
28 de febrero del 2012

A la pregunta ¿La vida perfecta existe?, Las respuestas lloverán, serán inagotables los cuestionamientos, los señalamientos serán tan variados y tan diferentes como  son los tonos de los colores. Ciencia, costumbre, religión, edad, género, educación, serán la base para cada planteamiento.
Mientras no lo descubras, mientras no lo aceptes, mientras no te convenzas.
La pregunta seguirá en el aire, inconclusa y atormentándote y la respuesta no la tendrá nadie, solo tú.
 La dificultad que representa abrazar nuestra realidad, radica en el deseo claro de no renunciar a nuestros sueños. ¿Pero? ¿Y si nuestros sueños solo son opciones derivadas de nuestra realidad? ó ¿Tú soñaste con nacer? ¿Tú soñaste tener las manos que tú tienes? ¿Tú soñaste ser del género que eres? ¿Tú soñaste con tener vida?
Tenemos que resolver esta duda primero o seguiremos atrapados en la frivolidad de aspirar, de aspirar a no ser tan delgados, a no ser tan gordos, a no tener tantos problemas, seguiremos aferrándonos a que nuestra vida es la mejor, que nuestros hijos son los más bellos, nuestra pareja la más adecuada, nuestra madre la más indicada, nuestras risas las más profundas, nuestros pensamientos los mas concluyentes, nuestras heridas las más dolorosas. ¿Y qué pasa si nada de esto es verdad?
¿Qué pasa si solo somos quien somos? Nada mas allá de lo que percibimos, de lo que formamos, de lo que buscamos, de lo que sentimos. ¿Renunciamos al derecho de ser felices? Renunciamos al derecho de ser perfectos?
Nos fascina llenarnos de culpas y de dolores, pero a la vez ocultamos nuestra angustia y compramos armaduras para protegernos y así nos volvemos, atractivos, rebeldes, serios, estudiosos, fuertes, populares, ricos, guapos, superiores, fiesteros, fascinantes, libres, poderosos, conquistadores ¿En serio lo somos? Eso nos quita el miedo que nos estrecha cuando nos preguntamos si somos felices, cuando perdemos lo que queremos, cuando nos sentimos vulnerables, cuando algo nos duele, cuando se agota la fé.
¿Cuándo eres humilde?
¿Que será lo más acertado, fingir lo que no somos ó ser lo que no fingimos?
¿Qué pasa si tu vida no es perfecta?
¿Es tu vida perfecta?

lunes, 20 de febrero de 2012

LA FUERZA DE UN "TE QUIERO"

Recordando a mi querido hermano Octavio.

25 agosto 2011

Existe un autor llamado Chick Moorman, él ha dedicado su vida a la elaboración y practica de métodos de comunicación asertivos, con una tendencia clara hacia la  comunicación familiar, ha creado un instituto y ha publicado varios libros relacionados con la identificación de hijos con padre y padres con hijos.

En una de sus series, específicamente en la titulada “Cómo Hablarles a los Hijos”,  hace una recolección especifica de lo que cree son los mecanismos mas adecuados para comunicarse como padre, define que hay palabras que enseñan y palabras que lastiman, plantea y postula herramientas practicas para la solución de problemas para crear niños más responsables, niños seguros y llenos de autoestima, válido o no, coincidiendo en su pensamiento o no, me parece una postura genuinamente valiosa.

Dejando a un lado su obra quisiera solo plasmar un tema que ubica en el título veinte del tomo III de su serie, este tomo se denomina “Aumentando su autoestima”; el título veinte se llama “Te Amo” y textualmente dice así:

            “Solo hay una frase en la serie de cómo hablarle a los niños que aparece mas de una vez:”te amo” este hecho, confirma la necesidad de que esta frase sea dicha frecuentemente por los papas a sus hijos, así como uno al otro.

“Papá, habla Jenny. Llámame tan pronto recibas este mensaje. Algo terrible ha sucedido, yo estoy bien, pero necesito hablar contigo.” Este es el mensaje textual, que oí en mi contestadota telefónica una mañana de julio de 1997 para ser exactos, puedo escribir las palabras de mi hija, pero el tono de su voz y el escalofrió que sentí en mi estomago no pueden ser descritos. Cuando le regrese la llamada a Jenny, oí lo que  ningún padre quiere escuchar. Mi niño más grande, Randy, había muerto.

Randy murió un mes antes de que cumpliera treinta años, así que no era realmente un niño. Era un hombre maduro, pero para mí, era mi niño. Los hijos nunca dejan de ser nuestros hijos, no importa que tan grandes sean. Ahora, mi hijo había muerto, sin advertencia, sin una oportunidad de decir adiós, Randy se había ido.

El consuelo siguió llegando de diferentes formas y maneras. Los parientes y amigos estuvieron ahí con palabras amables y listos para escuchar. Mi creencia que el alma sigue en la eternidad se confirmo y se reforzó. Dios me había invitado a relajarme más en la presencia de su amor incondicional.

Nuestra familia se mantuvo unida. Nos dio amor y apoyo, abrazos y compañía, tiempo y cariño. Nos conectamos con y para cada uno.

Pienso en randy todos los días, lo extraño. Recuerdo más los momentos felices. Le enseñe a jugar béisbol; me hacia que lanzara la pelota por horas enteras. Una vez dio un home run en la liga infantil.

Recuerdo también, el orgullo que sintió cuando me gano una carrera de diez kilómetros y la sonrisa en su cara cuando me paso la calle Heartbreak Hill, enfrente de YMCA en Kalamazoo, Michigan. No volteó a verme pero yo sabia que sonreía con la satisfacción de un joven que atraviesa una etapa más de su vida. Nunca disfrute tanto de perder una carrera.

Recuerdo su primer coche, uno grande y feo, que tragaba mucha gasolina. A Randy le encantaba.

Tengo muchas buenas memorias de mi hijo y del tiempo que pasamos juntos, pero un recuerdo es más importante para mí que cualquier otro. Es el que me mantiene y me consuela cuando vuelvo al proceso de duelo; a él me aferro cuando me siento triste o cuando reflexiono sobre la muerte de Randy. Es un recuerdo, que no me imagino poder vivir sin tenerlo; el recuerdo de nuestra última conversación.

En realidad, no sé sobre que hablamos ese día por teléfono; el contenido de la conversación no importa; solo el final, Tú sabes cuál fue:

                                               “Te amo hijo”
                                   “Yo también te amo, papá”



La primera vez que leí esto fue a finales del año 2002, creo que la crianza y la estabilidad de un hijo no radica únicamente en decirle que le queremos, pero sin duda el crecer sabiéndose amado, respetado, apreciado, te valora, te da identidad y te ubica en un contexto distinto al que podrías tener ante la ausencia de esta seguridad, Pienso esto en lo que vale la pena reparar del pensamiento del autor en referencia a  este fragmento, formar lazos inquebrantables, repletos de amor, de cercanía, de sinceridad, supera distancia y tiempo.

Decir te quiero no era muy común en mi vocabulario cuando era joven, ahora creo que es de las frases que más ocupo, es un expresión real, autentica, poderosa, que describe lo que genuinamente siento, no llena oídos y formalidades, espero que llene espacios, que supere distancias y tiempos.

Lo que hoy me parece interesante en algún tiempo no me parecía tanto, en algunas cosas no reparé esas mismas que hoy valoro como tesoros únicos, alguien me dijo “Todo es mutable, pero no cambia solo..... Tenemos que hacerlo.” .Mi percepción de la vida sigue cambiando, la he mutado.

Es curioso como nos detenemos en el temor de ser vulnerables y no les decimos a nuestros seres queridos cuanto los queremos, cuanto los apreciamos, cuanto los necesitamos.

Ojala las miles de veces que he platicado con mi hermano mis palabras pudieran haber sido escuchadas por otra imperfecta persona como yo, llevo tres días tratando de recordar cuantas veces pude haberle dicho que lo amaba y aunque tengo presentes muchas, solo en una él estaba con vida.

Es una premisa que peca de sencilla pero a la vez , desde mi perspectiva, de portentosa, por amor he dicho, he visto, he vivido, he experimentado los mas hermosos momentos de mi vida, es una sentencia irrefutable, lo mejor de mi vida se ha basado en el amor.

Me congratulo con ver que mi familia cumple con este requisito no menor de hacer sentir amados a sus miembros. Espero se perpetué  esta buena costumbre. Pocas cosas tienen tanta valía.

Hoy mi hermano cumple 20 años de haberse ido, 20 años, esos mismos 20 años que vivió.

En mi mente es como si muriera otra vez.

Esta barrera invisible, esta matemática ociosa de ver que el mismo tiempo que estuvo con vida es el tiempo que tiene de no vivir, me crea un duelo, uno nuevo, no tan doloroso, no traumático, no agresivo, sino un nuevo duelo, uno profundamente lleno de nostalgia que paradójicamente me hace atesorar cada día más mi vida y a quienes están en ella, me hace sentir con mayor profundidad la felicidad, el amor y la alegría por vivir.

Como casi siempre que nos vemos, pero en particular por esta fecha, quiero recordarles cuanto los quiero.

BDRF

jueves, 16 de febrero de 2012

OBSTACULOS





JORGE BUCAY

Psicodramatista Argentino




Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven.

Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. 

Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa. Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo… dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto… Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando. Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo.

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos… Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo… y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado… descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños…

Me siento abatido… Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca… No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire… De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.

Me recuerda a mí mismo… cuando era niño.

Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?






Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras… Los obstáculos los trajiste tú.

martes, 14 de febrero de 2012

CADA OVEJA CON SU PAREJA


B. Daniel Rojas Flores
8 de febrero del 2012


¿Para que buscamos pareja?, esta es la pregunta principal que deberíamos aplicar a nuestras reflexiones personales cuando cuestionamos nuestras relaciones de pareja; antes de las características particulares, de las quejas, de las afrentas, de los desacuerdos.


Si seguimos la hipótesis de que vivir en pareja es una decisión, una opción tomada por nuestras capacidades y por nuestros deseos, en automático se establece que la pareja elegida cubre un perfil que se amolda a nuestro criterio. Razonamiento sencillo, pero a la vez nos da pie a una reflexión importante, si nuestra pareja es nuestra elección, somos nosotros y nos las circunstancias las que determinan el tipo de relación que buscamos.


Erich Fromm dijo que una de las creencias más difundidas sobre el amor y que entorpece al amor mismo, es pensar que no hay nada que aprender sobre el amor, que amar es sencillo y lo difícil es encontrar el objeto apropiado. Además para la mayoría de las personas el problema consiste en cómo lograr ser amado más que amar. Esta concepción, en nuestra sociedad, en particular en las que el machismo se confabula con un matriarcado, se estimulan los estereotipos propios de las relaciones. Las mujeres deben ser dignas del hombre y los hombres deben ser dignos de si mismo.


La vida en pareja va a estar teñida de diferencias las cuales pueden desencadenar algunos conflictos; situación propia de la vida en pareja. Los seres humanos somos diferentes unos de otros, por diversos factores tales como los biológicos, sociales, culturales y más particularmente aún, por las micro-culturas en las cuales crecemos como lo sería la familia de origen. A partir de las experiencias en estos dominios entramos al dominio de pareja, con un bagaje de modelos únicos construidos dentro de dichos esquemas, para la creación de un nuevo modelo, nuestra vida con alguien más.


Es aquí la importancia de tan sencilla y relevante pregunta, ¿TU PARA QUE QUIERES PAREJA?, se puede tener pareja para distintos fines, como puede ser, para formar una familia, para tener compañía, para tener intimidad, para sentirte acompañado(a), para tener un noviazgo.


Podría entenderse a la pareja como la relación que establecen dos personas para compartir una determinada unión; a esta unión se le llama vínculo. Como lo comentamos los vínculos son diversos y pueden encajar en las siguientes modalidades:


Vínculos sexuales, donde lo que los une, es la relación sexual propiamente dicha, en ninguno de los dos se establece el deseo de que exista un plan constructivo futuro como pareja, la monogamia no es necesaria y la interacción emocional no es deseable. El disfrute de la sexualidad sin restricciones ni promesas es eje fundamental para que exista este tipo de enlace.


Vínculos económicos, es aquel en que se asienta el beneficio monetario por parte de uno o ambos miembros del enlace. La tranquilidad y la estabilidad en la provisión de bienes materiales es el objetivo primario. Puede o no derivar en relaciones emocionales.


Vínculos emocionales, en esta unión lo que conecta a ambas personas es el intercambio de sentimientos; entre las personas de este esquema se desarrolla la idea de asentarse de forma estable al lado de la otra, se desea la monogamia y se hace presente la presencia de un plan constructivo referente al futuro. Se experimenta el deseo de pertenencia sobre la pareja y una idea de desagrado ante la posibilidad de la disolución.


Vínculos de poder, el enlace se fundamente en el ejercicio de la dominancia de una parte de la pareja sobre su contraparte. La desigualdad es fundamental en esta relación, así como el abuso y la agresión constante.


Vínculos culturales, en ellos los participantes buscan y mantienen un enlace de acuerdo a la afinidad que logren obtener de su contraparte en ámbitos diversos como pueden ser la religión, el origen geográfico, la raza, la cultura de procedencia, la nacionalidad y valores morales por citar algunos.


Puede o no haber combinación de los distintos vínculos, ninguna de estas relaciones establece un problema o una patología como tal, es cuestión de elección personal. Lo que desencadena en un conflicto, es la incongruencia individual, o de pareja, en cuanto al establecimiento del vínculo que les va a unir.


Así pues, si respondes a la pregunta ¿Yo para que tengo pareja? ya sea que estés un una relación o tengas la intención de iniciar una, y la respuesta es contraria a lo que esperas o a lo que crees que elegiste, parece buen momento de reacomodar tu posición respecto al tema.


El arte de vivir en pareja es aceptar a ese otro distinto a mí, con quien decido y quiero vivir y compartir, de quien espero que respete también mis diferencias; construyendo día a día un espacio común; donde el goce, y no la desdicha, de tener una relación, será el pilar de la misma.

LA RESPUESTA MAS SENCILLA SIEMPRE ES LA REALIDAD



-          Y tu?, Que haces aquí? – desorientadamente pregunte –.
-          Te quería ver; - entre petición y exigencia contesto; hubo un espacio y continuo -.
-          Te sorprende verme aquí?,
-          Tal vez? – dije –,
-          Esta vez, decidí hablar contigo porque creo que te debo una disculpa, y este debe ser el mejor momento – como si supiera que desde hace mucho en nada me iba bien -; Me duele ver que no entiendas lo que paso.
-          Ah!!, Ahora soy yo el que se equivoco, ¿no? Si fuiste tú quien me dejó cuando mas te necesitaba, - mi hermano había muerto tiempo atrás -.

Aun sorprendido por la visita, me di la vuelta y me senté en el mueble en ese entonces color melón, que estaba en la fría y cada vez menos visitada sala de mi casa.

No era la primera vez que recibía esa visita, de hecho era una práctica casi común, desde que se fue, nunca hablamos, más bien siempre era una mirada de nostalgia, de temor, o tal vez de incredulidad. Ya había pasado tiempo.

-          Pero no fue mi culpa, ni la tuya! – dijo –
-          ¿Entonces de quien? – conteste indignado –
-          De nadie, así es la vida. – aseveró –

Incrédulo aun por las condiciones de la platica, crecía sin cesar dentro de mí, el nervio propio de no poder distinguir que reflejaba mas mi condición, si el odio por haber sido separado tan fácilmente de su vida, o la alegría pura, de las que rompen el dolor, la angustia y el silencio, por el solo hecho de estar frente a quien, desde tiempo atrás, quise estar.
Mirando a sus ojos tan nobles y audaces como los recordaba, le invite a no abandonar la conversación;
-          ¿La vida de quien? – pregunte –
-          La vida de nosotros – en tono protector contestó; al tiempo que buscaba tomar una posición cómoda, como para tener una larga platica; con una clara preocupación reflejada en su rostro, que era brillante, un tanto pálido, con destellos, - tal vez por la gran cantidad de luz que parecía emanar de él – un tono un tanto azulado; que contrastaba con el  fondo pardo, de la un poco obscura habitación.

Retome la plática, pensando en hacerle sentir un poco del dolor que me había causado con su partida. “Será mi vida, porque a ti no te importo la que tu tuviste junto a mí; por eso me dejaste, ¿no?” ”¿Cómo puedes creer eso?” – Dijo – “¿Que?, ¿No es así la vida?” – Sarcásticamente contesté – “No, por supuesto que no, la vida no se limita únicamente a eso, los cambios que en ella se presentan son muchas veces dolorosos y angustiantes, pero la finalidad y el valor de la vida son constantes...”. “Eso no es cierto” – interrumpí ya con un grado de desesperación en mi voz -; y de igual manera pensaba que con su partida de todos modos todo había cambiado, por lo menos yo lo había hecho, con temores aniquilantes y con debilidades desequilibrantes para mi temple como hombre, ya no era el mismo. Era fácil decirlo para él, nunca vivió el dolor que yo viví, no solo había sido mi hermano, antes fue mi tío, después fue mi primo, era mi mamá, mi papá, mis tíos, mi calma vida, sin angustia alguna, hasta cierto grado, ingenua.

-          Todo cambia, yo cambie – lentamente contesté -.
-          Pero yo sigo siendo lo mismo, tu fuiste el que me cambio y con ello te cambiaste tu, y nos cambiaste a todos!. – contestó ya desesperado, de pie, agitando las manos y terminando la oración señalándome con su clásica postura amenazante; el enfurecimiento despertó su intención de abandonar la habitación, sin embargo desechó la idea y solo busco un punto donde encontrar serenidad.
En ese momento, me fue extremadamente familiar, sentí que nada había pasado, que nunca se había ido, que siempre estuvo ahí, aun cuando más lo necesite, aún cuando hubo un muerto en casa.
-          Con lágrimas en mi cara, y un rojizo en mi rostro, resultante de haberme encolerizado por la angustia y roto en llanto por la impotencia, como creyendo que eso le daría peso a mis argumentos; sin más, me encontré parado, con una sencilla vestimenta, con un día mas preparado para el descanso, convertido en calvario de soledad, (ya que los de la casa fueron a visitar a nuestro muerto en el panteón); me encontré, afligido, apesadumbrado, pero tiernamente protegido y acompañado. Reflexioné; como siendo un niño, la muerte vino a mí para sufrirla como adulto; ¿que hice yo?, ¿en que me equivoque?, Cómo si yo tuviera que sufrir la  vida de esa manera para entender y valorar los cosas, Las pude haber entendido de otra manera; no era necesario tanto dolor.

Hubo como siempre un rechinido en el sillón al sentarme; sin ganas, con la cabeza gacha, y con un llanto más confortable que doloroso, oí en voz conciliadora pero cortada, y físicamente más cercana.
        “El dolor solo puede venir de un sentimiento tan grande y puro como el que yo vivo por tí; ¿que no lo entiendes?, No te puedo ver así toda la vida, el verte así hace que nuestras vidas no valgan nada; hacen inútil el que yo este con el deseo de verte seguir adelante, aquí, junto a mí, junto a todos; ¿no te das cuenta?, tu no tienes derecho de matarme”

Sintiéndolo tan cerca, comprendí, que después de todo ese laberinto de emociones y frustraciones que representaba su visita; tras el cansancio físico y mental de enfrentarlo, toda la angustia y rabia que por muchos años lleve en mi interior, tristemente se resumían a una sola oración...

“te extrañe con todo el alma” – dije -

- ya sin verlo, esfumándose tan repentinamente como llego, lo oí decir - “lo sé, por eso somos hermanos”

BDRF

FUNERAL BLUES

W. H. Auden

Parad todos los relojes, cortad los teléfonos,
impedid, con un jugoso hueso, que el perro ladre,
callad los pianos y, con un apagado tamborileo,
mostrad el ataúd, dejad que las plañideras se acerquen.

Que los aviones hagan círculos, gimoteando, sobre nosotros,
garabateando por el cielo el mensaje: Él ha muerto,
poned crespones en los cuellos blancos de las palomas,
dejad que los guardias de tráfico porten guantes de algodón negros.

Él fue mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi amanecer, mi medianoche, mi voz, mi canción;
pensaba que el amor duraría siempre: estaba equivocado.

No se desean ahora estrellas: apagadlas una a una;
olvidaos de la luna y desmantelad el sol;
lejos verted el océano y barred el bosque.
Pues ahora de ninguna manera pueden traer nada bueno.