Bernardo Daniel Rojas Flores
2 de Mayo del 2012
2 de Mayo del 2012
YO TAMBIÉN QUIERO CONSTRUIR
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”
Albert Einstein
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”
Albert Einstein
El valor del desprendimiento consiste en saber utilizar correctamente nuestros bienes y recursos evitando apegarse a ellos y, si es necesario, para ponerlos al servicio de los demás.
El desprendimiento como valor se origina al reconocer que todos tenemos necesidades y en algunos casos encontramos personas con carencias. En cualquier situación debemos superar nuestro egoísmo e indiferencia para colaborar en el bienestar de los demás, no importa si es mucho o poco lo que hacemos y/o aportamos, lo importante es tener la conciencia de ofrecer algo, de aportar. En la generosidad que requiere el desprendimiento no cabe el ofrecer algo que nos sobra.
El valor del desprendimiento tiene que ver con varios aspectos, entre ellos: la importancia que le damos a las cosas, el uso que hacemos de ellas y la intención que tenemos para ponerlas al servicio de los demás.
En ocasiones vivimos y trabajamos sin descanso para poseer aquello que tanto nos ilusiona (autos, joyas, ropa, aparatos, etc.) y nuestra vida se mueve a ese compás, sin embargo si no tenemos cuidado puede llegar el momento en que a pesar de la insatisfacción que nos produce llenarnos de cosas, pretendemos que éstas llenen un vacío interior.
A veces en broma, pero muchas veces en serio hemos escuchado decir de alguien: “quiere más a su coche que a (...)”, “ni se te ocurra tocar sus (...) porque tendrás problemas”, “ni se lo pidas, jamás presta lo que tiene”, “ todo su dinero lo ocupa para (...)”, etc., y todas ellas reflejan a una persona con apego inmoderado por lo que tienen. Debemos recordar que en el orden de los afectos, las personas y su bienestar ocupan el primer lugar antes que nuestra persona misma o lo que poseemos.
Existen personas que literalmente ponen el corazón en lo material. A veces por los recuerdos que evocan, pero en otras debido al valor económico que tienen o simplemente por el trabajo que supuso adquirirlos. A esta particular forma de afecto se le llama apego y de ninguna manera se relaciona con el hecho de cuidar las cosas y hacer buen uso de ellas.
Cuando nuestro aprecio es mayor por las cosas que por las personas, nos parece absurdo compartir lo que tenemos, o en su defecto lo hacemos a regañadientes. El desprendimiento supone un esfuerzo para superar ese sentimiento de posesión y exclusividad de lo que poseemos para ofrecerlo gustosamente a los demás.
No debemos confundir el desprendimiento con el hecho de deshacernos de todo aquello que no utilizamos, que es inservible o se ha convertido en un estorbo, esta actitud manifiesta poco respeto por la persona que lo recibe, independientemente de su condición y situación actual. Somos tan soberbios que consideramos un insulto recibir algo de segunda mano, ¿por qué los demás deben soportar lo que nosotros consideramos desprecio?
Puede parecer que este valor se enfoca únicamente a objetos, pero nuestros recursos van más allá de lo que se puede tocar, poseemos conocimientos, cualidades y habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a disposición de las personas, porque requiere prescindir de nuestro descanso, gustos, preferencias y comodidades para llevarse a efecto.
Nos sorprendemos con el médico que atiende enfermos sin cobrar honorarios; personas que pasan los días trabajando en obras de caridad; profesores que trabajan horas extras desinteresadamente; padres de familia que se niegan gustos y diversiones personales para pensando en su familia; lo más inaudito es que muchos de ellos no viven en una condición del todo desahogada. El verdadero desprendimiento no tiene medida, sin calcular cuánto es lo indispensable para cumplir, es una entrega generosa.
Para vivir el desprendimiento puedes:
- Hacer una lista de las cosas que tienes y determinar cuáles realmente necesitamos y cuales son caprichos, vanidades, que pueden ser de utilidad para alguien más.
- Ayudar a una obra de caridad haciendo una aportación significativa, de acuerdo con tus posibilidades.
- Enseñar a otros algo que sepas hacer bien (sin olvidar de enseñarles los “secretos” que pudieras atesorar sobre el tema)
- Regalar o donar un bien al que sientas que te has apegado.
El valor del desprendimiento ayudará a nuestra sociedad al convertirnos en personas más altruistas y generosas, brindará un mejor ambiente en nuestras relaciones con amigos y familiares y nos convertirá en personas que tienen el corazón y la mente puestos en el lugar correcto.
Políticas públicas
Este valor es el marco de realización de los demás principios y valores éticos, debido a que es el fundamento de la administración pública. La misión de ésta es garantizar la efectividad de los derechos de las y los ciudadanos y facilitar el cumplimiento de sus deberes. Asimismo, asegurar que prime el interés público sobre el privado y lograr la equidad, la justicia, la participación y el bienestar colectivo.
Un buen servicio supone tratar humanamente a los y las demás, y debe estar encaminado a la realización de los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos. No obstante, el servicio abarca también la satisfacción de las necesidades y demandas por la sociedad.
Siendo el servicio el principio rector y el fin de la administración pública, es preciso que las políticas públicas se orientan entre otros a:
- Asegurar los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos, mediante el acceso, la calidad y la efectividad en la satisfacción de sus necesidades básicas, en particular las relacionadas con educación, salud, vivienda, servicios públicos, cultura, recreación y deporte.
- Promover el conocimiento de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas y responder con celeridad a las acciones de exigibilidad de los mismos.
- Facilitar a los ciudadanos y ciudadanas el cumplimiento de sus deberes.
- Garantizar la equidad y la justicia en la prestación de los servicios.
- Reducir y racionalizar los trámites.
- Ofrecer condiciones adecuadas, dignas y eficientes para la prestación del servicio. Poner en marcha mecanismos adecuados de información y comunicación entre la ciudadanía y la Administración pública.
- Cumplir los compromisos adquiridos con proveedores, contratistas, consultores y demás actores que junto con los gobiernos hacen posible la prestación del servicio.
- Descentralizar el manejo de los recursos y la provisión de los servicios para acercar la administración pública a los ciudadanos y ciudadanas.
- Desarrollar actitudes y habilidades de servicio entre los servidores, independientemente de los cargos que desempeñen.
DATOS PARA REFLEXIONAR
¿Por qué Donar?
- En parte a una cuestión de azar. Tú también podías haber nacido en un lugar sin posibilidades y formar parte del grupo de los más desfavorecidos.
- Porque no estás sólo: son muchas las personas que, a título individual o respaldadas por organizaciones solidarias, dedican sus vidas a áreas como la educación, la asistencia o el desarrollo.
- Porque, gracias a tus donativos, otros podrán vivir un poco mejor.
- Porque, gracias a tus donativos, es posible erradicar algunas de las enfermedades más mortíferas del mundo.
- Porque donar contribuye a acabar con abusos y violaciones de derechos fundamentales.
- Porque donar puede ayudar a paliar el hambre y la sed en el mundo.
- Porque donar puede contribuir a que aprendan a leer y escribir aquellos que no saben.
- Porque, gracias a tus donativos, es posible salvar miles de vidas en zonas del mundo en las que las urgencias médicas están a la orden del día.
- Porque ayudar a quien más lo necesita hará que te sientas más útil.
- Porque donar es cada vez más sencillo y seguro.
- Porque las organizaciones son cada vez más transparentes.
- Porque, aparte de contar con el beneplácito social, las donaciones son reconocidas con beneficios fiscales.
¿Por qué ser voluntario?
Hay muchas razones para ser voluntario: porque siempre quisiste ser voluntario/a, porque quieres poner tu “granito de arena”, porque quieres conocer gente, o simplemente, porque tienes tiempo y quieres invertirlo en los demás.
Ser voluntario es ponerse en acción trabajando por los más desfavorecidos.
LA CARIDAD Y LA SOLIDARIDAD
La solidaridad y el carácter altruista en busca de justicia social pueden ser la motivación para ponerse en marcha. El voluntario es una persona comprometida con un ideal y dispuesta a trabajar para conseguirlo.
La caridad se sostiene por la desigualdad: darle algo (que yo tengo) al que «no tiene» o no puede...
La solidaridad supone una relación entre iguales: compartir algo que tengo (aunque circunstancialmente sea poco) y que «debería» ser de todos, ya que todos somos iguales...
Caridad = individualismo (somos «lo que poseemos» y, porque es nuestro y nos «sobra», podemos «darlo»)...
Igualdad = fraternidad (de «fratria» o patria de los iguales)...